"Eres especial – eso, OK –, pero también lo es el tío que tienes
enfrente de ti en la mesa, que está sobrio, sacando adelante a dos niños
y reconstruyendo un Mustang del 73. Es algo mágico que tiene
4.000.000.000 de formas. Te corta la respiración." (p. 377) DFW
"...si de verdad habéis aprendido a pensar, a prestar atención, entonces sabréis que también podéis elegir otras opciones." (p. 378) DFW
"El pelo sucio con bandana, las botas de trabajo desatadas y las viejas
camisas de cuadros que Wallace llevaba vistiendo desde la época de
Arizona eran también ahora prácticamente el uniforme de qualquiera que
sintiera algún desencanto hacia la cultura consumista y acumuladora
americana de la era post-Reagan. La tendencia de Wallace a 'desconfiar
de cada pensamiento o proposición' se había convertido, como señala
Howard, 'en algo así como un estilo generacional'. 'Cuando era más
joven – afirmó Wallace en una entrevista para el Boston Phoenix –, veía
mi relación con el lector en cierto sentido como una relación sexual.
Pero ahora se me parece más a una de esas conversaciones con buenos
amigos a altas horas de la noche, cuando se acaban las tonterías y se
caen las máscaras'." (p. 298-9)
"Mira, tío, probablemente la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en
que vivimos en tiempos oscuros, y además estúpidos, pero ¿de verdad
necesitamos un tipo de ficción que no haga sino dramatizar lo oscuro y
lo estúpido que es todo? En épocas oscuras, la definición del buen arte
debería ser: aquel que se dedica a localizar y aplicar técnicas de
reanimación cardiopulmonar a aquellos elementos de lo que es humano y
mágico que aún sobreviven y resplandecen a pesar de la oscuridad de los
tiempos." (p. 289) DFW
"...me sentí desesperar. La palabra se ha banalizado ahora por el exceso
de uso, 'desesperar', pero es una palabra seria y la estoy usando en
serio. Tal vez se parezca a lo que la gente llama terror o angustia.
Pero no acaba de ser como estas cosas. Se parece más a querer morirse a
fin de evitar la sensación insoportable de darse cuenta de que uno es
pequeño, débil, egoísta y de que, sin ninguna duda posible, se va a
morir. Es querer tirarse por la borda." (p. 278) DFW
"En marzo de 1995, Colin Harrison pidió a Wallace que hiciera un
crucero por el Caribe y escribiera sobre la experiencia en 'Harper's'.
[...] Las vacaciones de primavera se acercaban y cuando se le ofreció la
posibilidad de escapar del frío y de las inacabables revisiones de 'La
broma infinita' ['Graça infinita'], aceptó. Una vez más, volvería a
unirse a esas hordas americanas que se inoculaban sus dosis de
diversiones manufacturadas. [...]
'Triste' se convirtió en la voz de alarma
presente en todo el texto, una tristeza que es consecuencia de la
plenitud exceciva: camareros tristes, tristes viajeros del crucero que
enfocan con sus videocámaras a otras personas tristes que a su vez les
enfocan con sus videocámaras desde otro crucero, y tristes, sin sentido,
los esfuerzos de los americanos por divertirse en ausencia de una ideia
espiritual de mayor alcance. 'Elige con cuidado – advierte Marathe en
La broma infinita –. Tú eres lo que amas. ¿No?'. El artículo de Wallace
sobre el crucero hablaba del precio de ser incapaz de elegir
correctamente."(p. 274 e 278)
"...era consciente de que la relación profesor-alumno era como la de un
'showman' con un espectador. El profesor estaba sometido a la exigencia
constante de 'entretener' si quería gustarle a sus alumnos – y nadie
tenía más deseos de gustar que Wallace –. El problema no era tanto que
dudara de si podía conseguirlo, sino el dilema de si, al hacerlo,
estaría haciendo algo por lo que después podría sentir admiración." (p. 120)
"La familia dirige la Academia Enfield de Tenis, donde el objetivo es la
perfección y donde se entrena a los mejores jugadores para que, por
medio de sus partidos de tenis y de los espónsores comerciales, sean
capaces de satisfacer los apetitos de la cultura de consumo de la que
proceden. Por otro lado, están los residentes de Ennet House, liderados
por Gately. A los adictos de Ennet House no se les entrena para
alimentar las obsesiones de América; son las personas que ya han
padecido una sobredosis de ellas. Como en la vida real, ambos mundos
discurren en paralelo e interactúan únicamente cuando tienen que
hacerlo, con solo una 'alta y más o menos desnuda colina' como
separación." (p. 222)
D. T. Max. Todas las historias de amor son historias de fantasmas - David Foster Wallace, una biografia. Barcelona: Debate, 2013