"–¿ Pero no se sufre más, después de haber sido feliz y quedarse sin nada?
– Molina, hay una cosa que tener muy en cuenta. En la vida del hombre, que puede ser corta y puede ser larga, todo es provisorio. Nada es para siempre.
– Sí, pero que dure un poquito, por lo menos.
– Es que habría que saber aceptar las cosas como se dan, y apreciar lo bueno que te pase, aunque no dure. Porque nada es para siempre."
Manuel Puig (1932-1990). El beso da la mujer araña (1976). Buenos Aires: Booket, 2011, p. 224
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