sexta-feira, 29 de abril de 2016

Un té

"Para celebrar que había decidido continuar viva, entró en el Comercial a tomar un té, y lo hizo con la satisfacción de quien por fin se atreve a tomar una decisión largo tiempo aplazada, pues hacía años – desde que se casara o tal vez desde mucho antes – que no entraba a solas en un bar. Por eso, al apoyarse en la barra y pedir el té, sintió que estaba viviendo unos momentos de intensa libertad."

Enrique Vila-Matas (1948-). Suicidios ejemplares (1991). Barcelona: Anagrama, 2000. p. 48-9

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